miércoles, 24 de abril de 2013

2ª Parte: Comentario sobre El Cristo amarillo de Gauguin




1.     Relación de la obra con el autor
a.      Nombre y localización de la obra en el tiempo y en el espacio.
La obra se llama El Cristo amarillo (Le Christ jaune) y fue pintada por Paul Gauguin en septiembre de 1889 en Pont-Aven (Bretaña). Algunos autores defienden que aunque comenzado en Pont-Aven, pudo ser terminado ese mismo año en Le Pouldu.
Hoy, esta obra se encuentra en el Allbright-Knox Art Gallery (Buffalo NY).

b.      Identificación de los caracteres generales del autor en el estilo de la obra.

·         Gauguin se caracteriza por la búsqueda de lo visionario: y en este cuadro, el Cristo se puede ver como la visión que tienen unas fervorosas bretonas en su oración. Existe, por tanto, la presencia sobrenatural: el ídolo o fetiche, la aparición… se juega con la ambigüedad, presentar lo sobrenatural sin pronunciarse sobre su realidad.
·         Se aleja del impresionismo, y busca un estilo menos naturalista, más simplificado y abstracto. No llegamos a lo abstracto en este lienzo, pero sí a la simplificación de las formas.
·         Le interesa pintar como un primitivo. Esta obra es una de las muchas que el pintor realiza buscando lo primigenio: por eso la relación con el Románico o la pintura japonesa.
·         Aquí observamos claramente el desarrollo del estilo cloisonniste, basado en amplias áreas de color plano entre contornos simplificados y marcados con gruesos trazos negros o azules. Influencia de las estampas japonesas, las pinturas indias o persas. Con esta técnica las figuras quedan aisladas entre sí por el trazo.
·         También está presente en esta pintura el horror al espacio, por eso suprime la perspectiva, el claroscuro, las sombras. La profundidad la dan los tamaños y la superposición de las figuras.
·         El color se refuerza al estar entre gruesas líneas oscuras y ganan en intensidad al extenderse en amplias áreas. No importa la imitación de la naturaleza sino la fuerza expresiva del color como material en bruto, tal como sale del tubo.
·         Su deseo de evasión, ansia de libertad, la apuesta por el arte étnico. Vivir como antaño, donde todo se ha detenido. Podemos ver este punto reflejado en las mujeres bretonas y el paisaje de esta zona de la Bretaña.


c.       Identificación de las diferencias de la obra respecto a los caracteres generales de las obras del autor.
Quizá ésta sea una de las obras que mejor representa en su totalidad el estilo personal de Gauguin, porque en ella hemos visto reflejada la mayoría de las características de su trayectoria plástica.
Si acaso donde pueden verse las diferencias de este cuadro con respecto a todo su estilo es en relación a su pintura final donde se observa más la sugerencia erótica y el ritual y además de otras obras donde realiza la búsqueda de la belleza plástica a través de composiciones de placidez pastoral.

Esta obra está relacionada con otras obras del pintor:

·         Por supuesto, con el boceto llamado Estudio para el Cristo amarillo que se conserva en el Museo Thyssen-Bornemisza.






·        Con el cuadro titulado La visión tras el sermón, porque tras la predicación del sacerdote tienen una visión sobre la lucha de Jacob con el ángel. Y en el Cristo amarillo, se sostiene que las mujeres tienen la visión del crucificado tras sus rezos. Se me ocurre que podría ser también después del sermón que ha realizado el sacerdote –predicador itinerante- que es quien salta el muro y sigue su predicación.





·         Hay un cierto parecido de este Cristo amarillo con la figura central del cuadro ¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿A dónde vamos? ¿Es el mismo Cristo que en un lado aparece crucificado y en otro aparece glorioso e inculturado (con rasgos tahitianos)?


·         En uno de los autorretratos de Gauguin, aparece junto con el jarrón, como un cuadro dentro de otro cuadro. Aparece la figura del Cristo invertida como por efecto de un espejo.



2.      Relación de la obra con la época histórica y cómo se refleja ésta en el cuadro.
Gauguin se sitúa principalmente en el siglo XIX: un momento histórico caracterizado por grandes cambios en todos los ámbitos: revoluciones industriales, burguesas, mundo obrero, nacionalismos, progresos de todo tipo… En el arte hay una lucha entre los valores románticos y los principios del Racionalismo. Al final del siglo aparece el Realismo y el Naturalismo.
En esta obra de Gauguin encontramos un tema muy repetido por el artista: motivos de la cultura bretona. Y otro tema que comienza a experimentar en este cuadro: es el mundo religioso, lo sacro, el catolicismo tradicional. Gauguin en esta obra sintetiza el Impresionismo asociado a estos movimientos realista y naturalista: por un lado, la pintura de los paisajes, la fe y las costumbres de los pobladores de la campiña bretona; y por otro, adopta principios más románticos como la relación con la naturaleza, lo simbólico… Nos muestra, en plan realista, la cultura de los pueblos, de los campesinos que viven empobrecidos, con un cierto aire feudal, ajenos a las revoluciones, encastrados en su religiosidad tradicional llena de devociones y creencias. Pero por otro lado, encontramos la revolución que está llevando a cabo el artista con las tendencias artísticas de su época, superando los temas y técnicas del Impresionismo, para avanzar hacia el sintetismo, la búsqueda de simplicidad, la supremacía del color pre-fauvista y la presentación de sugerentes símbolos que traspasan la escena realista bretona. 

J. Plasencia

1 comentario:

  1. Me parece especialmente interesante la relación de esta obra con otras similares del autor. Excelente capacidad de relación.

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