sábado, 31 de mayo de 2014

LA INFLUENCIA PICTÓRICA EN NOSFERATU DE F.W.MURNAU

         Es desconocido para muchos que el séptimo arte ya recibiera influencias pictóricas desde sus primeras creaciones.
         A Nosferatu(1922) se la incluye dentro del expresionismo alemán, este movimiento artístico surgió, a principios del siglo XX, como corriente contrapuesta a los impresionistas de finales del XIX. La visión interna en el artista expresionista es lo más importante, deformando lo que intenta representar, tratando de encontrar su esencia. Es diametralmente opuesto al naturalismo y hace bandera de lo subjetivo sobre lo objetivo. Aunque su campo más conocido es la pintura, otras artes también lo desarrollan como la música, la literatura, la arquitectura y el teatro, que tendrá gran influencia sobre el cine. Criticará el materialismo de la sociedad de la época, la vida urbana y tendrá una visión apocalíptica de la civilización.

G.F. Kersting
         Lógicamente, el cine no va a escapar al dominio de esta corriente que le llega tardíamente, alcanzando la plenitud en el periodo de entreguerras. Su temática más repetitiva, reflejo del pesimismo imperante por la situación que atravesaba Alemania. Será lo siniestro, lo fantástico, lo sobrenatural; se inspirará en la literatura romántica de E.T.A. Hoffmann y de J.W. Goethe. Como reconoce José Luis González “Un caldo de cultivo perfecto para que afloren el caos, la ansiedad y la angustia que anidan dentro de los creadores en forma de imágenes plenas de horror, atmósferas irreales y estética feísta, mezcla de torturantes sentimientos interiores y del horror cotidiano”[1]. Aunque si algo define al cine expresionista alemán es su estética, el uso e importancia que le da a la luz, y a la falta de ella, al juego que producen las sombras. Los decorados y la deformación de estos. Aparecerán composiciones con gran influencia pictórica, de manera especial en F.W. Murnau y Fritz Lang, grandes conocedores de la historia del arte.








C.D. Fiedrich
         Friedrich Wilhelm Murnau (1888-1931) está considerado uno de los más grandes directores que ha tenido el séptimo arte. No sabemos hasta dónde podría haber llegado su carrera cinematográfica si no hubiese fallecido a la temprana edad de 43 años, en un estúpido accidente de automóvil. Nos dejó películas más que representativas del expresionismo como la citada Nosferatu, también El último (1924), Tartufo (1925) y Fausto (1926). Pero todas quedan ensombrecidas por Amanecer(Sunrise) (1927) la primera de su etapa americana de las cuatro que rodó. Nosferatu es un film atípico dentro del expresionismo, al poseer unas peculiaridades que lo diferencian del resto. García y Sánchez exponen acertadamente: “No es tampoco de extrañar que Murnau se inspirase en el propio plasticismo artístico alemán para dotar a su obra de referentes cultos que potenciasen la historia. Murnau es –junto a Hitchcock- uno de los autores que mejor han sabido impregnar sus textos fílmicos de facilidad de lectura sin por ello renunciar a elevar el nivel de sus historias”[2]. de ahí que pintores como Caspar David Friedrich[3] y su círculo fascinaron al director, al igual que otros como G.F. Kersting y Brueghel. Salvador Rubio Gómez destaca la importancia de este hecho en su magnífico estudio titulado Nosferatu y Murnau: Las influencias pictóricas, así nos indica que “pronto se revelaría, gracias a Murnau, que la adquisición de las influencias pictóricas, el aprender de ellas, no supondría una carga para el nuevo lenguaje cinematográfico, que llegó a querer desprenderse de la influencia teatral para poder evolucionar, pero que decidió conservar la pictórica para enriquecerse y desarrollar, de nuevo, un lenguaje autónomo”[4].
         El director alemán frecuentaba la casa de la poetisa Else Lasker–Schüler, casada con Herwarth Walden, fundador de la revista Der Sturm y de la galería homónima, en la que se agruparon las más importantes figuras del expresionismo de la época, y que Murnau conocería personalmente, como a Franz Marc, Alfred Kubin o Kandinsky. También sus relaciones artísticas le habían permitido conocer a Emil Nolde y a Edvard Munch. Normal que todos estos pintores influyeran en la composición de sus obras fílmicas.
Por Rafael Ángel Angulo


E. Munch




J. Vermeer

Rembrandt


Jan Steen
C.D. Fiedrich








[1] GONZÁLEZ, J.L.: Vampiros en el cine mudo. ‘Nosferatu’ (1922) de Murnau, en Revista cine y letras, 2008, en http://www.cineyletras.es/Clasicos-y-DVD/vampiros-en-el-cine-mudo-nosferatu-1922-de-murnau.html
[2] GARCÍA FERNÁNDEZ, E.C. y SÁNCHEZ GONZÁLEZ, S.: Guía histórica del cine, Madrid: Editorial Complutense, 2002
[3] Representante principal de la pintura romántica alemana, especialmente el paisajismo (1774-1840).
[4] RUBIO GÓMEZ, S.: Nosferatu y Murnau: Las influencias pictóricas, en Anales de historia del arte, nº 15, 2005, en http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1428810

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