El Arte y la Crisis

El artículo «las 10 obras de arte más caras del mundo», publicado recientemente por Sonia García en este mismo blog, pone de manifiesto que el mercado de las grandes piezas del arte se desarrolla en un universo económico al margen del mundo real.

Como dijo Pablo Picasso, «el arte es una mentira que nos hace ver la verdad». Y la verdad es que la manida crisis económica mundial solo la están sufriendo los sectores no privilegiados de la sociedad. La empresa de análisis mercantil Artprice señala a este respecto que el mercado del arte creció el año pasado 15 puntos porcentuales dentro de un mercado global que no hizo sino disminuir en un 1% sus cifras. El arte, poco a poco, está siendo secuestrado por un número cada vez más grande de coleccionistas-comerciantes. La reciente compra de la obra impresionista El grito del noruego Edvard Munch por nada menos que 91,2 millones de euros es un ejemplo más de esta tendencia.

Pero, ¿es el arte en el siglo XXI solo patrimonio de los ricos? Desgraciadamente sí, pues ya hace tiempo que perdió su carácter reivindicativo y comprometido para transformarse en un mero negocio. El mismo Picasso contaba la anécdota de un hombre que visitó su estudio, se paró frente a una pintura y le preguntó: «¿Qué representa?»; su respuesta, «doscientos mil dólares», muestra bien a las claras en lo que se ha convertido el arte. No es más (ni menos) que el nuevo oro de los ricos, un capital tangible y un valor seguro de inversión en el que depositar su confianza.