viernes, 25 de mayo de 2012

La oreja de Van Gogh

La actividad propuesta por Carmen sobre Vicent Van Gogh y la necesaria búsqueda de información para poder llevarla a cabo, me ha hecho descubrir detalles, cuanto menos curiosos, de la biografía del “loco rojo” que muy poca gente conoce. Quizá el más sorprendente de todos es el publicado en un libro de 2009 (“La oreja de Van Gogh. Paul Gauguin y el pacto del silencio”, de Wildgans y Kaufmann) que argumenta, en un alarde de historia-ficción, que el pintor holandés no se mutiló la oreja en diciembre de 1888, sino que fue Gauguin tras una pelea y con una daga quien se la cortó.
A grandes rasgos, los autores del libro sostienen que, tras discutir en un bar por la decisión de Gauguin de volverse a París, Van Gogh persiguió a este por la calle para convencerle de que se quedara en Arles, momento en el cual Gauguin desenfundó una daga y le propició el tajo (para más información: http://www.rtve.es/noticias/20090226/van-gogh-perdio-oreja-pelea-gauguin-segun-nuevo-libro/238707.shtml). Aunque posiblemente estemos ante la enésima teoría que solo busca crear polémica y, por tanto, un buen número de ventas, lo cierto es que, “descubrimientos” como este, nos deben hacer reflexionar sobre las versiones de los hechos que todos damos por reales simplemente porque a lo largo de la historia se han repetido una y otra vez. ¿Cambiaría nuestra opinión sobre Van Gogh si se demostrara que no fue un demente al automutilarse la oreja? ¿Y si a esto le unimos que otra biografía suya (http://cultura.elpais.com/cultura/2011/10/17/actualidad/1318802402_850215.html) afirma que no se suicidó, sino que murió por la bala perdida de un adolescente?

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