sábado, 16 de junio de 2012



UNA RELIGIÓN LLAMADA MARK ROTHKO

Dentro de las corrientes existentes del arte abstracto se puede observar una clara evolución de los artistas que las integran desde posiciones figurativas hacia la abstracción de un modo progresivo. Poca gente se podría imaginar a Mondrian pintando paisajes o a Kandinski pintando un paisaje. Algo pareció ocurrió con Mark Rothko, máximo representante del expresionismo abstracto americano, adscrito al movimiento del Color Field y que dominó el panorama artístico en los Estados Unidos hasta bien entrado los años setenta. La pretensión del expresionismo abstracto, es cierto, fue buscar una experiencia artística que en cierto modo desbordará los límites de la experiencia estética. El sentido de intimidad, de la expresión de lo más profundo del ser y de la trascendencia son principios programáticos básicos de cualquier artista que deseara adherirse a este movimiento. Es un arte con un compromiso humano muy sólido pero que una pulsión mística también muy fuerte. El objetivo de la pintura de Rothko sobre todo a partir de 1945, cuando su pintura adopta el color como la expresión más sublime del arte, fue la de realizar esa transición a un arte sobrenatural y con claras connotaciones religiosas. Primero, se propuso controlar absolutamente el efecto del color sobre el cuadro;en segundo lugar, amplió el formato de sus pinturas, cuyo mejor ejemplo se encuentra en los murales que realizó para el restaurante del Four Seasons del edificio Seagram en Nueva York y que finalmente retiró, devolviendo el importe del encargo. Y tercero, su arte se hizo esencialmente espiritual y toma cuerpo con la Rothko Chapel,patrocinada por el millonario tejano John de Menil. En 1964 el artista inició el proyecto que se alargó durante 6 años que debieron de ponerle en una situación psicológicamente extrema. No podemos olvidar que la depresión comenzó a hacer estragos en su salud, un hecho perceptible en la progresiva evolución cromática de su obra, desde colores claros hasta los cada vez más oscuro. El tríptico de la Rothko Chapel refleja bien el estado espiritual del artista de origen ruso, colores marrones, con efectos rojizos y negros, extendidos con largos brochazos sobre sucesivas capas. Una obra que requirió la asistencia de varias personas desde el comienzo.
Pese a la simbología del lugar, más cercana a Oriente que a la religiosidad occidental, La Rothko Chapel se inauguró en 1971.
Con Rothko los postulados artísticos y pretensiones espirituales de los maestros del expresionismo abstracto se convirtieron en realidad. Su contribución a dar sentido espiritual y trascendente a la experiencia estética está más que acreditada por el interés y el valor que han acompañado siempre a las obras de este autor.Pues  observar un cuadro más allá de lo impregnado en el lienzo debe ser ante todo emoción y esa quizás sea la gran verdad del Arte.


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