San Clemente de Tahull
es una obra pictórica situada en el ábside de la iglesia de San Clemente de
Tahull que se encuentra en el Valle de Bohí en Lérida.
Estamos ante una pintura religiosa. En esta decoración mural
podemos ver el pantocrátor, que con una mano bendice y en la otra lleva un
libro en el que se puede leer: ‘Ego Sum Lux Mundi’ (Yo soy la luz del mundo). El
pantocrátor se encuentra entronizado, y a sus pies, la bola del mundo. Su
rostro es alargado y las marcadas líneas dibujan el pelo, los ojos, la boca y
la barba de manera simétrica.
Está rodeado de dos ángeles bajo esta imagen se encuentra el
tetramorfos, símbolo de los cuatro evangelistas. Los apóstoles rodean el mural por
la parte de abajo. La cuenca del ábside presenta un fondo dividido en tres
bandas de diferentes colores, negro, ocre y azul.
Es una escena realizada al fresco, donde los pequeños
detalles se observan con claridad. El dibujo está realizado con una línea
gruesa de trazo ancho, de color negro, lo cual aporta una sensación de planitud
(Raquel Gallego, 2009). Los colores predominantes son el verde, el azul, el
rojo y el amarillo; existe una gran variedad de gama cromática, lo cual aporta
profundidad a la imagen. La figura central está pintada en dos tonalidades
diferentes, una clara y otra más oscura, consiguiendo cierto modelado, que el
pintor remarca en los amplios pliegues de las vestiduras (M. Carmen Díaz Carrera,
2017).
Este tipo de pintura se caracteriza por un remarcado hieratismo;
carente de toda expresividad. Las figuras muestran un aspecto antinaturalista. La posición en que
se encuentran es estática y queda bien remarcada la frontalidad del dibujo.
Además, los cuerpos muestran bastante rigidez y en algunos casos, severidad.
Demuestra un claro carácter hierático. El autor, pretendiendo romper con la
frontalidad de las figuras se observa una leve perspectiva en los símbolos que
portan los evangelistas que nos permiten diferenciar dos partes, la cara
exterior y la interior, diferenciadas también a través de dos colores
diferentes (M. Carmen Díaz Carrera, 2017).
La pintura se caracteriza por su planitud. La anatomía
humana se resuelve geométricamente; los trazos son simples y el fondo de la
imagen está formada por las figuras.
Esta pintura tiene un carácter funcional, es simbólica. Esta
obra estaba dirigida a una comunidad pobre e iletrada, por lo que las obras de
temas religiosos tenían como objeto difundir escenas de la Biblia de forma comprensible
para toda la población, así los analfabetos podrían ‘leer’ mediante los
dibujos, es lo que podemos llamar una biblia gráfica (M. Carmen Díaz Carrera,
2017).
La simbología del ábside de San Clemente de Tahull se basa en varias narraciones bíblicas.
Constituyen una representación de pasajes del Apocalipsis, el libro de Isaías y
el libro de Ezequiel, culminando la imagen con el Juicio Final.
Se muestra a Dios desde una perspectiva sobrenatural, ya que
aparece con todo su poder y su gloria para ‘jugar’ con la Humanidad, con la
bola del mundo a sus pies. Se representa a Dios con todo lo que le caracteriza
y lo identifica como ser supremo, señalando su magnificencia (Enseñ-arte,
2007).
San Clemente de Tahull
es un fresco perteneciente a la pintura románica española, concretamente
catalana del siglo XII (Raquel Gallego, 2009). La temática típica de esta época
son el pantocrátor, La Virgen entronizada… Los dos focos principales de la
pintura románica son el catalán y el castellano (Raquel Gallego, 2009).
La pintura románica del S. XII está influenciada por los
elementos bizantinos, los árabes y los mozárabes; la presencia de éstos últimos
fue un valioso aporte cultural que enriquece y da mayor personalidad a las
manifestaciones artísticas.
Durante el S. XI el arte románico renovó y transformó los elementos ya implantados dando lugar a la coexistencia de fórmulas muy diferentes.
La pintura románica catalana fue una de las artes más brillantes y destacadas. Cabe señalar el grupo de pinturas de las decoraciones de Tahull, alrededor de las cuales se formó un círculo estilístico de similar calidad, además de favorecer la introducción de otras corrientes procedentes de Francia (Daniel García Parra; Jose Luis Rodríguez, 2014).
En el siglo X-XI se produce una renovación religiosa e
intelectual. La Península es un territorio ocupado por los musulmanes en el sur
y la otra parte la ocupaban los cristianos. Con el avance de la Reconquista se
pudieron recuperar los territorios perdidos por la penetración musulmana (El
Románico. Enciclopedia-El País,
2006).
El Camino de Santiago se convierte, entonces, en una
importante vía para la llegada de formas artísticas procedentes de otros
países.
El carácter expresionista, las formas geométricas, los
colores, la planitud, la falta de profundidad que caracterizan a esta imagen
hacen que la obra destaque entre las pinturas de esta época y se convierta en
una obra maestra del románico europeo, dejando su impronta en la Historia de la
Pintura.
Ana Barrero.
los elementos como estan emboltados
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